Según la investigación del MPF, un comandante mayor retirado de esa fuerza federal lideraba esta organización de ocho miembros además integrada por su hijo de 25 años, una agente del Servicio Penitenciario de Salta y su expareja, dado de baja de la misma dependencia. En la audiencia de formalización de la investigación, a todos se les dictó prisión preventiva. Desde hace tres meses, explotaban una ruta de tráfico de Orán a Mendoza, hacia donde llevaban no solo cocaína, sino también éxtasis.
Los ocho acusados son el exjefe de Gendarmería Miguel Ángel Torres, su hijo Miguel Emanuel Torres Ibba, Sandra Mariela Areco Florentín y su pareja Daniel Antonio Olivera Serrano -ella actual empleada administrativa y él exmiembro desplazado del Servicio Penitenciario salteño-, Antonio Agustín Gutiérrez, Francisco Salinas Campos, Paul César Heredia Comandiri y Diego Andrés Bahamonde. Todos quedaron imputados por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.
Con excepción de Areco Florentín, a quien se la adjudicó la condición de partícipe secundaria, el resto quedó imputado como coautores. A Comandiri y Salinas Campos, en tanto, también se les imputó los delitos de almacenamiento de estupefacientes y tenencia ilegal de armas, en concurso ideal y real respectivamente.
Por el Ministerio Público Fiscal intervienen los fiscales generales Eduardo Villalba y Carlos Martín Amad, por la Fiscalía de Distrito de Salta, y el titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) Diego Iglesias, y el auxiliar fiscal de la PROCUNAR NOA Jorge Viltes Monier, áreas que ya tenían en la mira a distintos integrantes de esta organización.
A pedido de los fiscales, el juez dispuso la prisión preventiva de los ocho acusados, medida que, en el caso de Areco Florentín, se cumplirá bajo la modalidad de arresto domiciliario, mientras que el resto lo hará en una unidad carcelaria federal.
La modalidad de tráfico se llevaba adelante mediante convoy de dos o tres vehículos, uno en el que iba la droga y el resto que hacían de “coche puntero”, cuya función era la de ir por delante a fin de advertir al rodado cargado con los estupefacientes sobre los controles que las distintas fuerzas de seguridad apostaban en las rutas.
En el marco de esta logística, el auxiliar fiscal Viltes Monier resaltó en la audiencia la labor de Torres, quien se retiró de Gendarmería Nacional con el grado de comandante mayor, además de llegar a ocupar cargos importantes en distintas unidades de esa fuerza, con lo cual tenía un gran conocimiento en la materia.
Según el MPF, por su amplia experiencia, Torres tenía una función de liderazgo, pues era el que coordinaba las operaciones de tráfico, y siempre viajaba solo, en este caso, en un automóvil Fiat Argo, mientras que el resto de los integrantes de la organización, incluido su hijo Torres Ibba, de 25 años, lo hacían de a dos o tres.
El auxiliar fiscal explicó que la vinculación de Torres no solo surgió de su relación, directa o indirecta con Gutiérrez, sino también de aportes que fueron provistos por la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad (UFINAR) del MPF de Salta, tal como lo promueve el Código Procesal Penal Federal respecto a la tarea conjunta entre fiscales federales y provinciales.
Al respecto, explicó que los Torres, padre e hijo, registran vinculaciones con una banda narco que opera en Orán, con la cual habrían tenido inconvenientes con una deuda, lo que derivó en que el comandante retirado tuviera que vender un inmueble para saldar ese pasivo y evitar represalias.
También hizo especial alusión a otros dos acusados relacionados con una fuerza de seguridad. Se trata de Areco Florentín y su expareja, Olivera Serrano. La primera se desempeña como agente en el área administrativa del Servicio Penitenciario de la provincia de Salta, mientras que su marido, hasta hace poco, también cumplía tareas en esa fuerza, pero fue dado de baja.
Al referirse al operativo que el lunes pasado culminó con la detención de los imputados y el secuestro de más de 34 kilos de cocaína, casi uno de éxtasis, dos armas de fuego, dinero en efectivo y varios vehículos, el representante del Ministerio Público Fiscal reveló que, dado que los principales implicados ya estaban siendo monitoreados, se supo que habían iniciado un nuevo convoy, esta vez de tres vehículos.
A través de los registros de geolocalización de los teléfonos, se detectó que Gutiérrez y Torres Ibba se movilizaban en un automóvil Fiat Cronos, el que ya se hallaba en Catamarca y se dirigía a Mendoza, mientras que Torres lo hacía en un Fiat Argo, con el mismo destino. En un tercer vehículo, una camioneta Fiat Toro, iban el expenitenciario Olivera Serrano, su expareja y Bahamonde.
Fotografía del Ministerio Público Fiscal
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