Un movimiento de fe en Salta, llevados adelante dicho movimientos por los cientos de miles y miles de peregrinos que caminaron por las rutas de la provincias salteñas, cruzando ríos, montanas, caminos de tierras, frio, calor y en algunos casos hasta lluvia.

Para aquellos que nunca salió a peregrinar es difícil explicar que motiva y sobre todo que sostiene y mantiene a los peregrinos caminando durante días y semanas hasta poder llegar a su destino que está en muchos ocasiones este destino a más de 300 km de distancia.

Muchos salen por primera vez a peregrinar llevados por familiares y amigos, que les contagiaron ese movimiento de fe que te envuelve y te lleva, ese movimiento de energía que te cuida, ese movimiento hasta mágico que te cuida y sostiene, que hasta el cansancio desaparece.

Verlos en las rutas caminando o en bicicleta, en caballos y hasta en sillas de ruedas, por las rutas verlos es motivante y a la ves cuestionante sobre algunos cimientos de la vida ordinaria.

Verlos cantar, bailar, verlos llenos de energía y alegría en sus rostros, verlos luego de peregrinar durante días, no sienten hambre, no sienten sed, muchos se sienten mejor que cuando empezaron a peregrinar.

Y algo que también debemos expresar es que los peregrinos son nuestros templarios que llevan en muchos casos la emoción de fe que muchos ayudan a llegar con las famosas carpas azules y verdes en diferentes sectores en Salta y en los trayectos estas paradas que son una palmada de aliento de respeto al que peregrina, parada en donde muchos recobran fuerzas para seguir a su destino.

Hay cientos de miles de historia en la peregrinación al Señor y la Virgen del Milagro, que quizás podríamos llenar un libro con estas historias de amor y fe y de compromiso hacia las imágenes por milagros concedidos.

Pero más allá de todo esto hoy llega un millón de peregrinos a renovar su fe con Salta y con la Virgen y el Señor del Milagro.