Ocho gendarmes esperan desde hace 10 años un juicio que los declare inocentes, tras haber sido echados de la fuerza sin juicio previo y sin sentencia firme en ningunos de los cargos que se les instruyeron desde el juzgado federal que en la década pasada estuvo en manos de Raúl Reynoso, hoy preso por diversas causas, todas de gravedad absoluta.