Hace más de un año, Ángel Ariel Cruz, cabo de la Gendarmería Nacional Argentina, quien se desempeñaba en el área de inteligencia, siente que es hostigado y perseguido por un gendarme de alta jerarquía del Escuadrón 20 Orán, la misma agrupación a la que presta servicio. Según denunció el uniformado, fue víctima de un procedimiento orquestado por compañeros de la misma fuerza a la que presta servicio.
Lejos de callar, denunció la presunta maniobra y desde entonces "en todo momento trabajo con desconfianza, tengo que estar alerta, no puedo equivocarme", expresó.
El gendarme Cruz sospecha que la persecución en su contra "viene de la jefatura anterior, cuando yo trabajé con el comandante anterior". El uniformado contó que en esa época se realizaron muchos procedimientos, "se llegó a superar las estadísticas". Luego a dicho comandante le dieron otro destino y junto a él los gendarmes que estaban bajo su mandato, "salvo yo por la gestión que hice por el tratamiento de mi nena con discapacidad". Fue justamente por esta última situación -la de su hija- lo que impidió que fuera trasladado al Móvil 6 en la provincia de Buenos Aires. "Es una unidad que está aislada y donde supuestamente van los que están castigados o cocinados"
"Desde esa jefatura yo venía escuchando que me iban a poner algo a mi vehículo. Siempre tuvieron un plan para voltearme, ellos piensan que yo soy un delincuente", denunció Cruz. El funcionario de la fuerza nacional piensa que adentro del Escuadrón 20 Orán, donde presta servicio, le pusieron el dispositivo de GPS. Apunta que los responsables de esa maniobra son un "sargento primero", y el cómplice es un cabo primero del que desconoce el nombre, ambos guiados por un alto mando de esa fuerza en la actual gestión. El gendarme radicó la denuncia en la Unidad Fiscal Descentralizada de Orán, a cargo de José Luis Bruno, desde donde le preguntaron: "¿Usted cree que estas personas tienen la capacidad para implantar la sustancia entre sus pertenencias?". A lo que el cabo respondió: "Sí".
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